En su reflexión televisiva semanal, en el programa “Claves
para un Mundo Mejor” (América TV) de hoy, Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La
Plata, señaló que “hay una tendencia cultural que lo que importa en el caso de
la fe es lo que sentimos” pero “lo que sentimos
es algo secundario que viene después” y “lo que importa es que adhiramos a
Cristo, a la persona de Cristo, a la verdad de Cristo, a los contenidos que la
Iglesia nos trasmite en su nombre y de allí, entonces, vayamos intentando
reflejarlos en nuestra conducta”.
En el marco del Año Internacional de la Fe que celebra la
Iglesia afirmó que “se trata de ir afianzando convicciones porque la fe es cosa
de la inteligencia y de la voluntad. Juega mucho la razón de la fe. Como que es
libre, no es un sentimiento irracional, tenemos que adherir a aquello que vemos
que es bueno”.
Recordó que “el Cardenal Newman decía que creemos porque nos
damos cuenta de que es bueno creer y para eso nos ayuda este estudio de los
contenidos de nuestra fe. Así que esta
es una buena ocasión como para recomendarles, una vez más, volver al “Catecismo
de la Iglesia Católica”-
Por eso, el prelado recordó “este año se cumplen dos décadas
de la publicación del “Catecismo de la Iglesia Católica” y esta conmemoración
es una oportunidad adecuada para que recordemos la utilidad que tiene este
texto” pues “el Catecismo contiene una
síntesis, un resumen, de todas las verdades de la fe. Esto es muy importante
porque la fe no es un mero sentimiento o una emoción religiosa, sino que es una
adhesión personal y por tanto de la inteligencia y de la voluntad a Dios y a lo
que Dios nos ha revelado en Cristo, aquello mismo que la Iglesia nos trasmite
para que nosotros creamos”.
Tras explicar que el texto contiene cuatro partes propuso
también el “Compendio del Catecismo” que publicó Benedicto XVI, en el 2005, que
“nos ofrece definiciones bien concisas de las verdades de la fe, de los
sacramentos, de los preceptos de la Iglesia, del camino de la vida cristiana,
de la oración, con citas de los Santos Padres, de los teólogos y los doctores
de la Iglesia, de los santos aún de los más actuales y de otros autores”.
Mons. Héctor Aguer también destacó que, el año pasado, se
presentó además el “Youcat” o Catecismo Joven de la Iglesia Católica pensado
para los jóvenes cuya idea surgió de las Jornadas Mundiales de la Juventud con
la intención de “chicos y chicas que son la esperanza de la Iglesia del mañana
y de la humanidad, en buena medida, tengan también una síntesis de las verdades
de la fe”.
“El Papa en el prólogo de este “Youcat” o Catecismo Joven
explica que el joven cristiano tiene que conocer con precisión los contenidos
de su fe así como el especialista en computación conoce perfectamente el
sistema que está empleando o los sistemas que maneja. Así también como un
músico tiene que conocer a la perfección la partitura que ejecuta. Los ejemplos
son notables porque muestran muy bien la necesidad de que nuestra fe tenga
contenido”, indicó
Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de
Mons. Héctor Aguer:
“Este año se cumplen dos décadas de la publicación del
“Catecismo de la Iglesia Católica” y esta conmemoración es una oportunidad
adecuada para que recordemos la utilidad que tiene este texto que, por
iniciativa de Juan Pablo II, ha sido brindado a todos los fieles católicos y
aún a los que no lo son pero quieren conocer las enseñanzas de la Iglesia”.
“El Catecismo contiene una síntesis, un resumen, de todas
las verdades de la fe. Esto es muy importante porque la fe no es un mero
sentimiento o una emoción religiosa, sino que es una adhesión personal y por
tanto de la inteligencia y de la voluntad a Dios y a lo que Dios nos ha
revelado en Cristo, aquello mismo que la Iglesia nos trasmite para que nosotros
creamos. Entonces, la fe comporta un conocimiento, un pensamiento. Y es muy
importante el conocimiento de esos contenidos de la fe para que esa adhesión a
la verdad de la fe que es una persona, Jesucristo, sea firme, coherente y
libre. Eso es lo que está sistematizado orgánicamente en el Catecismo que
tiene, como ya hemos comentado en otras oportunidades, cuatro partes”.
“La primera parte es la más extensa y es la profesión de la
fe. Es decir, un comentario al Credo podríamos decir porque es una síntesis
total de todas las verdades dogmáticas. Y es la porción más extensa de esta
obra. Aquí la Iglesia ha querido salir al encuentro de una necesidad en la
problemática de la cultura moderna que es la cuestión acerca de la Verdad y aquí
se nos ofrece el fundamento de la Verdad revelada por Dios que tiene que
iluminar el sentido de la vida de los hombres”.
“Luego sigue la celebración del misterio cristiano en la
segunda parte. Es decir la liturgia, los sacramentos de la Iglesia y luego el
programa de vida según el Evangelio, la vida en Cristo”.
“Notemos que este orden está indicando la intención de la
ubicación que se ha hecho de estas partes porque primero se pone el misterio de
la Gracia, las fuentes de la Gracia, que vienen del Misterio Pascual de Cristo,
de la liturgia, de los sacramentos. Porque el Señor nos da su Gracia entonces
sí podemos adoptar el programa de vida, el camino que Él nos señala y el
cumplimiento de los Mandamientos. La tercera parte, la vida en Cristo, es un comentario
a los Diez Mandamientos que se pueden resumir en el doble precepto de la Caridad
a Dios y al prójimo”.
“Y finalmente la cuarta parte es la oración cristiana. Es
decir la escuela de oración, de relación íntima con Dios según el modelo de La
Biblia, de los orantes de La Biblia y sobre todo de Cristo, el modelo de la
relación de Jesús con el Padre”.
“El “Catecismo de la Iglesia Católica” fue publicado en el
año 1992 y luego en el 2005, Benedicto XVI, a poco de ascender al trono de San
Pedro, nos ha presentado el “Compendio del Catecismo” que es un resumen o una
síntesis que adopta una metodología muy antigua en la catequesis de la Iglesia:
preguntas y respuestas, una especie de diálogo. Así nos ofrece definiciones
bien concisas de las verdades de la fe, de los sacramentos, de los preceptos de
la Iglesia, del camino de la vida cristiana, de la oración, con citas de los
Santos Padres, de los teólogos y los doctores de la Iglesia, de los santos aún
de los más actuales y de otros autores”.
“El “Compendio del Catecismo” es para facilitar el
conocimiento de la fe, la comprensión de los contenidos. El libro grande del
Catecismo sirve como un texto de formación religiosa personal y el Compendio
sirve mucho para difundir, porque es una especie de manual para salir de apuro
si uno quiere la noción expresa de una verdad de la fe”.
“Pero ahora, recientemente, en el año 2011, Benedicto XVI ha
presentado con su prólogo una nueva versión del Catecismo. El Papa decía que el
“Catecismo de la Iglesia Católica” presenta en un lenguaje universal, más allá
de las diferencias de culturas, de pensamientos y de posiciones, las verdades
de la fe pero que luego tendría que ser adaptado a las distintas categorías de
fieles o de personas”.
“Por eso presentó el “Youcat” o Catecismo Joven de la
Iglesia Católica pensado para los jóvenes. ¿De dónde sale la idea? La idea sale
de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Ustedes saben que el año pasado, en
Madrid, la Jornada ha sido un éxito extraordinario con la participación de
millones de jóvenes que se han reunido allí. Y lo mismo ha pasado en las sedes
anteriores”.
“Ha surgido, entonces, la idea de que esos chicos y chicas
que son la esperanza de la Iglesia del mañana y de la humanidad, en buena
medida, tengan también una síntesis de las verdades de la fe”.
“El Papa en el prólogo de este “Youcat” o Catecismo Joven
explica que el joven cristiano tiene que conocer con precisión los contenidos
de su fe así como el especialista en computación conoce perfectamente el
sistema que está empleando o los sistemas que maneja. Así también como un
músico tiene que conocer a la perfección la partitura que ejecuta. Los ejemplos
son notables porque muestran muy bien la necesidad de que nuestra fe tenga
contenido”.
“Hay una tendencia cultural, si se quiere, que lo que
importa en el caso de la fe es lo que sentimos pero lo que sentimos es algo
secundario que viene después y, a veces, no sentimos mucho o no sentimos nada.
Lo que importa es que adhiramos a Cristo, a la persona de Cristo, a la verdad
de Cristo, a los contenidos que la Iglesia nos trasmite en su nombre y de allí,
entonces, vayamos intentando reflejarlos en nuestra conducta”.
“El Señor nos dará en el momento oportuno la capacidad de
sentir más profundamente esto. Acá se trata de ir afianzando convicciones
porque la fe es cosa de la inteligencia y de la voluntad. Juega mucho la razón
de la fe. Como que es libre, no es un sentimiento irracional, tenemos que
adherir a aquello que vemos que es bueno”.
“El Cardenal Newman decía que creemos porque nos damos
cuenta de que es bueno creer y para eso nos ayuda este estudio de los
contenidos de nuestra fe. Así que esta
es una buena ocasión como para recomendarles, una vez más, volver al “Catecismo
de la Iglesia Católica”.
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