Por Ricardo Díaz
Estamos en un momento de nuestra querida Patria, que no podría ser peor. Algunos años atrás hablábamos de cuando la Argentina tocara fondo, como si de tal presagio faltara mucho, y sin embargo, ya está, ya lo estamos viviendo y, lo que es peor, gran parte de la sociedad se encuentra como acostumbrándose a estar en este fondo del precipicio.
Fondo formado por muchos y variados temas, como el de la reciente aprobación de la Ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual nos transforma, de la noche a la mañana, de una nación esencialmente católica, en cualquier cosa, eso sí, al nivel del “primer mundo”.
No menos importante es el tema de la inseguridad, de larga data ya, y que no se ve que vaya a ser solucionado, toda vez que se apela a medidas de ocasión: más cámaras en las calles; más patrulleros; más iluminación -en las calles, no en las mentes- y no se tiene la capacidad de combatir las causas de tan brutal y despiadada delincuencia, que llega al punto de se capaz de balear a una mujer embarazada. Causas, que según entiendo, no son otras que la pobreza y la droga.
Ambos temas van de la mano, pero parece no querer solucionarse, ninguno de los dos temas, porque, ya tienen varios años de existencia y no se ve ningún progreso de esta situación que sumerge a toda la sociedad en una espantosa forma de vida, ya que hay que hacer de nuestras casas verdaderas cárceles colocando rejas en puertas y ventanas, cuidándonos hasta de sacar la bolsa de la basura a la calle, sobre todo si ya oscureció.
Pobreza y droga son dos temas que parecen, incluso, como impuestos desde afuera, como si una mano negra exterior y poderosa quisiera que nuestra amada patria viva en un virtual pantano del cual no pueda salir, para, luego, invadirnos pacíficamente, sin necesidad de tirar un solo tiro ni perder ni un solo soldado, como los están perdiendo en Irak y Afganistán.
Estadísticas de organismos internacionales ya nos colocan como primer país sudamericano en el tráfico de drogas. Es decir, ya hay dos temas que nos ubica al nivel del “primer mundo”: La ley de matrimonio contra natura y el narcotráfico. ¡ESPECTACULAR!.
Pero además de todas estas causas de nuestra diaria inseguridad, existe otra como es la de los jueces garantistas que sueltan a delincuentes con frondosos prontuarios, apelando a no se que leyes, desconozco totalmente que ley posibilita soltar a un individuo que asaltó, violó y mató, y que obviamente vuelve a delinquir, con ó sin pulsera.
Y si de jueces hablamos, tenemos que referirnos también a los que el gobierno compra para que dictaminen de antemano el “ejemplar” castigo a los militares que nos salvaron de la mierda cubana-marxista-leninista, tras un circense juicio realizado al cuete, porque, como dije, ya está establecido de antemano que va a salir “culpable”. Mientras tanto los terroristas pro-soviéticos que terminaron con las vidas, no sólo de militares, sino de gente inocente que moría tras explotar una bomba en un restaurante; ó porque eran profesores universitarios que ellos consideraban “fachos”; ó sindicalistas; ó empresarios; cabos de la policía; o cualquiera que quisieran utilizar, incluso, para practicar tiro, continúan sin ser juzgados de la misma forma. Por lo tanto, hoy como nunca, la imagen de la Justicia mirando con un sólo ojo porque el otro lo tiene vendado, es totalmente real y valedera.
Y, ya que estamos, continuamos con los probos jueces, y llegamos, así, a aquellos que determinan que el enriquecimiento desenfrenado y proverbial, tanto del matrimonio gobernante como de otros funcionarios, es “lícito”. Otra vez desconozco el fundamento legal, no estudié Derecho, el basamento por el cual se pueda justificar tamaño enriquecimiento, encima paralelo a un empobrecimiento tal que explica perfectamente el crecimiento de las villas miserias, alguna, incluso hacia arriba, si tomamos como ejemplo la “Villa 31”, en la cual las viviendas son de dos o tres pisos. Pobreza que explica también la terrible y temible delincuencia, como ya detallé anteriormente en esta nota.
Resumiendo, podemos decir entonces que, en nuestra avasallada patria contamos hoy día con : leyes contra la naturaleza misma, como la ley de matrimonio gay; leyes contra la lógica, como las que permiten que un ladrón-violador-asesino sea liberado; jueces hemipléjicos que sólo condenan a una de las partes que se enfrentaron en la guerra de los años 70; jueces que dictaminan como “legítimos” los enriquecimientos ilegales; falta de leyes, o su no aplicación, contra la droga; falta de verdaderas medidas o planes serios para combatir la pobreza; y por lo tanto, falta de verdaderas medidas ó planes serios para combatir la inseguridad. PEOR, IMPOSIBLE .
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