Por el Dr. Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 19 de Junio del año
2012 - 1111
Van a hacer los paros "en
las actividades que mayor malestar y repercusión social pudieran tener"
("La Nación", 19/6/2012, pag. 6). La "idea del gremio es que los
paros sean sorpresivos de verdad. Si los anunciamos corremos doble riesgo. Uno,
Trabajo puede dictar la conciliación obligatoria. Dos el paro pierde su efecto.
Si decimos que vamos a parar la rama de recolección de residuos, las
municipalidades pueden adelantar las tareas de limpieza y se minimiza el
daño." Habrá un "conflicto permanente hasta desembocar en un paro
nacional de 24 horas en las 15 ramas de la actividad (de transporte)"
("Clarín", 19/6/2012, pag. 12).
Estas son declaraciones o
resúmenes de declaraciones o informaciones procedentes de los Moyano, uno Secretario de la CGT y el
otro, jefe del sindicato de camioneros.
Desde que Menem suprimió el ferrocarril de larga distancia en una operación
devastadora del interior del país que dañó gravemente a muchos pueblos, los
camiones monopolizan el transporte y el sindicato que los reúne bajo la égida
del estanciero Moyano (enriquecido
en la dirección del sindicato sin que sus serviles afiliados digan "esta
boca es mía"), pasó a tener un poder que ejerce arbitrariamente para parar
el país con la intención de dañar, sea que logre sus abusivos reclamos o que no
los logre.
Ahora, por ejemplo, reclama que
aumenten un 30% los sueldos de los camioneros, que son de los más altos del
mundo laboral, que les paguen a sus 200.000 afiliados una compensación de
$4.000 y que les eximan del impuesto a las ganancias.
La intención de dañar está clara
en las declaraciones y comentarios que transcribo más arriba. Harán paros
sorpresivos en actividades vitales para impedir que los empleadores puedan
actuar anticipadamente para minimizar el daño y elegirán "las actividades
que mayor malestar y repercusión social pudieran tener".
Es decir, la intención es
francamente subversiva del orden público y claramente perjudicial para la
población indefensa. Esto puede implicar la comisión del delito penado por el
art. 194 del Código Penal con prisión de 3 meses a 2 años.
La tiranía, mientras tanto,
persigue a la gente de bien, corrompe la
moral, autoriza la corrupción de sus sicarios que ocupan cargos públicos, pero
no hace respetar el orden público con lo cual los funcionarios responsables,
desde la supuesta presidente de la Nación, sus ministros y demás encargados de
hacer cumplir la ley, estarían incurriendo en el delito de violación de los
deberes de los funcionarios públicos, penado por el art. 248 del mismo Código
con prisión de 1 mes a 2 años e inhabilitación especial por el doble del
tiempo. Estos individuos corruptos e
ineptos están haciendo lo mismo, en forma reiterada, desde hace nueve años, sin
que haya ningún Fiscal que los acuse ni de éste ni de los demás delitos que
pueden estar cometiendo, con lo cual los Fiscales se harían pasibles de la
misma pena.
Hace rato que el país vive en el
caos causado por piqueteros y sindicalistas, fomentado o tolerado dolosamente
por las "autoridades". En el nro. 4051 de la sección "Correo del
Lector", publiqué el 5 de Junio del año 2012 un informe de "Política
Argentina de Diagnóstico Político", del Lic. Patricio Giusto en el que dice que desde el 1 de Enero del 2012
hasta el 31 de Mayo se han cometido 484 cortes de vías públicas, en un
"crescendo" mes a mes que desde ya podemos anticipar que ha aumentado
en Junio ya que, la semana pasada, la CTA, confederación gremial de izquierda,
cortó 100 calles y rutas en un sólo día.
Esta escalada no puede ser
considerada una "protesta social", como la define la tiranía
totalmente resuelta a no impedirla y prohibiendo a la Policía preservar el
orden. Es una verdadera "subversión social y política" que no afecta
al gobierno sino a la población honesta que no tiene medio alguno de defenderse
de este atropello, a no ser una rebelión ciudadana que, esa sí, sería
rápidamente reprimida por la Policía y severamente penada por los jueces
complacientes y prevaricadores.
El derecho de huelga es un
derecho que debe usarse con la máxima prudencia y tratando de no dañar a la
gente común, ajena al conflicto laboral en cuestión. Lo que hacen los
sindicalistas en este país, a vista y conformidad del gobierno, es muy
distinto: son verdaderos actos de sabotaje al bien común, con la expresa
intención de dañar y de causar la mayor "repercusión social", o sea,
la mayor molestia posible a los sufridos habitantes.
Además de los innumerables paros
de los camioneros, hemos visto interminables huelgas en hospitales, aún de
niños, durante las cuales los sufrimientos de los pobrecitos enfermos son
aumentados cruelmente por sus los mismos que están encargados de curarlos y
aliviarlos. Hemos visto paros de trenes
subterráneos por peleas sindicales internas, realizados a las horas en que
estos miserables saben que perjudican más a la gente, o sea, a las horas en que
van o vuelven de sus trabajos.
Esa clase de "actos de
fuerza" laboral, especialmente en aquellos servicios que interesan
directamente al público, son inmorales e ilegales. El Papa León XIII decía que "a este mal frecuente y grave se debe
poner remedio públicamente, pues esta clase de huelgas perjudica no sólo a los
patronos y a los mismos obreros, sino también al comercio y a los intereses del
Estado; y como no escasean la violencia y los tumultos, con frecuencia pone en
peligro la tranquilidad pública" (Enciclica "Rerum Novarum",
nro. 29).
A los daños debe agregarse el
perjuicio enorme que se le causa a la gente común.
Por ejemplo, en estos momentos
los camioneros amenazan con cortar el transporte de combustibles. Eso impacta
intolerablemente en la vida cotidiana de todos los habitantes porque les impide
movilizarse, les obliga a peregrinar de una estación de servicio a otra para
conseguir combustible y esperar en largas colas que les vendan un poco del
imprescindible fluido. Y en el campo debe interrumpirse la siembra y la cosecha
hasta que a Moyano se le dé la gana
reanudar el servicio de transporte.
¡Moyano! Difícil imaginar un individuo más impresentable y menos
confiable. Las sospechas sobre su enorme enriquecimiento existen desde hace
mucho tiempo, sin embargo, el gorila sindical sigue sin ser investigado,
consigue parar los intentos de investigarlo y goza de la inconcebible
tolerancia de sus dirigidos.
Si él repartiera entre los
camioneros el valor de las estancias que se dice que ha comprado a precios
fabulosos, éstos no tendrían necesidad de hacer paros para aumentar sus
sueldos. Uno sólo de esos campos, que según rumores habría sido comprado hace
poco por $450.000.000, dividido entre los 200.000 camioneros, daría $2.250 para
cada uno. ¿No habrá algún camionero que en vez de embromar a todo el mundo, se
decidiera a pedirle explicaciones a Moyano?
Se hace correr la especie de que
"Moyano está enfrentado con el
gobierno". El único enfrentamiento que puede haber entre peronistas cuya
dedicación a la política tiene por objetivo principal enriquecerse sin que les
importe un bledo el pueblo con cuyo nombre se llenan hipócritamente la boca, es
por el reparto del botín. Pero en cuanto
la secta neo-comunista que controla esta tiranía considere que eso perjudica
sus planes, toda querella cesa y todos cooperan en la obra de destruir la
Argentina tradicional y reemplazarla por un Estado marxista-leninista.
Los peronistas, por resentidos
sociales, son afines al neo-comunismo y saben que sus fortunas mal habidas
están a buen recaudo y pueden gozar siempre de ellas en el exterior o aún en el
país si no obstaculicen los planes de la secta. ¿No les llama la atención la
desaparición de Duhalde, que ahora
es larga y completa?
En una situación de caos y de
tiranía al mismo tiempo, como la que padece el país, es imposible que haya
prosperidad ni bienestar general. Sólo lucran los ladrones, los de escritorio y
los de mano armada.
Mientras tanto, avanza en
paralelo y sin pausa la obra de demolición moral del país. Aborto; homonomio;
educación sexual; salud reproductiva (que mejor se llamara "prostitución
juvenil inducida"); derogación y reemplazo del Código Civil atentando
gravemente contra la familia, la propiedad privada y la libertad de contratar;
secuestros políticos con la cooperación de jueces prevaricadores, alianza con
los países del bloque neo-comunista de América y del mundo; estatización de
empresas; destrucción de la ganadería; confiscación del producido agrícola de
los campos; presión impositiva insoportable que traerá la quiebra de muchos
agricultores; imposibilidad de ahorro por la inaudita carga fiscal sobre los
salarios (es de más del 50% y de las más altas del mundo, ver "La
Nación" sección economía, pag. 1, del 19/6/2012), etc. etc. etc.
La reacción de los
"cacerolazos" es la única señal de resistencia, pero es evidente que
está deliberadamente desorganizada, infiltrada, desinformada y con consignas
falsas, como esas que dicen: "No queremos que se vayan, queremos que nos
escuchen" y "no hacemos política". No podría haberse encontrado
una combinación más letal para engañar a los "indignados" argentinos,
jóvenes en su mayoría, y para inutilizar sus esfuerzos.
Desde ya me ofrezco para asumir
la dirección de esa resistencia, siempre y cuando me lo pidan jóvenes
entusiastas que estén dispuestos a trabajar en serio y acompañarme integrando
una Junta directiva, con algunos un poco mayores, valientes, generosos e
inteligentes, que no estén comprometidos con ninguno de los partidos de la
falsa oposición.
Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com
NOTA DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA:
* SABOTAGE: Sabotage (sabotaje en francés y en inglés) es la
denominación original de varias obras artísticas (entre otras, es el nombre del
sexto álbum de la banda británica de heavy metal satánico Black Sabbath). El Sabotaje
(en inglés) es una forma de guerra política, que varía desde actos de un alto
nivel técnico de golpe de mano que requieren una planificación detallada al uso
de agentes especialmente entrenados, hasta innumerables actos simples que cualquier
individuo común ciudadano saboteador puede realizar. El simple sabotaje se
lleva a cabo de tal manera que implica un peligro mínimo de daño, detección y
represalia para quien lo comete. Hay dos métodos principales de sabotaje: la
destrucción física y el "Elemento humano". La destrucción física como
método se explica por sí misma, sus objetivos son matizados, objetos a los que
el saboteador tiene acceso normal y discreto en la vida cotidiana. El
"factor humano" se basa en las oportunidades universales para tomar
decisiones erróneas, de adoptar una actitud de no cooperación, y de inducir a
otros a seguir su ejemplo. En un lugar de trabajo, el sabotaje es la retirada
consciente de la eficiencia en general, dirigida a provocar algún cambio en las
condiciones de trabajo. Quien se involucra en el sabotaje es un saboteador.
Como regla general, los saboteadores tratan de ocultar sus identidades debido a
las consecuencias de sus acciones. Según el DRAE, “SABOTAJE” es: “m. Destrucción o deterioro de productos o maquinaria
e instalaciones como medio de lucha contra el poder establecido: planearon el
sabotaje del tren de aterrizaje. Oposición u obstrucción disimulada: sus
rivales sometieron a sabotaje todas sus campañas.”
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