Por Alberto Asseff*
El día en que la soñada Reforma Política Integral se plasme los debates entre los candidatos estarán tan institucionalizados que será conditio sine qua non para seguir habilitado en la contienda. Candidato que no debata, candidato ipso facto inhabilitado. Así de tajante. Y así de importante.
No puede existir elección sin confrontación, no de personas, sino de ideas y de propuestas. Si éstas se ausentan, ¿qué estaríamos - y en rigor, estamos - eligiendo? ¿Los rostros de los postulantes? ¿La abundancia de su propaganda? ¿La simpatía de su sonrisa? ¿La inflexión de su voz? ¿El aparato con que cuenta? ¿O, acaso, el grosor de su billetera?.
Sea cuando tenemos que ungir presidente o cuando simplemente debemos renovar la mitad de las cámaras legislativas y de los concejos municipales, la voluntad popular sólo será expresiva si se manifiesta luego de oír y, quizás, examinar las propuestas y los compromisos que asumen los candidatos. Si, en contraste, hay orfandad propositiva y desierto de ideas, el comicio se desnaturaliza irremediablemente.
Nuestra crisis es antes que nada política. Y por supuesto sufrimos esta degradación fogoneada por el quiebre moral y cultural que nos alcanza y lesiona como sociedad nacional.
Con el actual presupuesto, administrado con ética y sapiencia - dos fenomenales ausentes del escenario argentino - el país podría tener duplicada en eficiencia y resultados la educación, la ayuda social, la salud pública, la justicia y las obras tangibles. Esto, por sí mismo y solo, prueba que no es por pobres que estamos inopes, sino porque nuestros representantes son infieles.
Ha caído la representación política, esencia del sistema constitucional. El artículo 1º, de entrada y solemnemente, lo declara, proclama y establece: "republicano, representativo y federal". Así debe ser nuestro gobierno nacional. Y no lo es. Existe un abismo entre lo que instaura la Constitución y la taciturna realidad institucional.
La mentada calidad institucional que se prometiera en 2007 no sólo no se realizó, sino que día a día va descendiendo y hundiéndose.
República es transparencia, información, participación, equilibrio, control, mesura, criterio, consulta, austeridad, respeto.
Representación es fidelidad, compromiso, confiabilidad.
Federal es autonomía, autoridad, poder descentralizado y economía autárquica.
Nos falta todo o, para que no nos enrostren de exagerados, casi todo.
Mutantes y reciclados, muchos 'representantes' van variando conforme los apogeos y los perigeos de las máximas fulguraciones políticas. Se van aviniendo - para no decir acomodando - a los vaivenes de los turnos del poder. ¿Qué confiabilidad puede devenir de la volubilidad?. Hoy pueden pontificar en favor del fin de los decretos de necesidad y urgencia y de los superpoderes y mañana argüir para que esas excepciones y esas exorbitaciones de facultades se transformen en datos cotidianos haciendo sucumbir a la sustancia de la idea republicana que es la separación de poderes y los recíprocos controles. Ayer propugnaban privatizar todo. Ahora, en inaudita fluctuación, postulan de nuevo un Estado omnipresente.
'Representantes' que llegan pobres y salen ricos. En verdad, no salen, porque se atornillan a las funciones, reeligiéndose ad eternum, otra rémora antirrepublicana porque viola el precepto de renovación periódica de los mandatos. Esta periodicidad no apunta sólo a la formalidad de elecciones cada dos años, sino al efectivo relevo de los representantes.
El día, como digo al principio, que disfrutemos de oxígeno a través de la reforma política, las reelecciones de intendentes y de gobernadores deberán acotarse a un máximo de un nuevo mandato. Y no se vuelve más, aunque sea bueno. El bueno de hoy, cebado por el poder, casi ineluctablemente se descompondrá. La vida lo prueba. La historia también.
Estamos ad portas - excusas por la tentación de latinar un poco - de un nuevo comicio. ¿Néstor Kirchner se someterá con llaneza republicana a cinco o seis debates?. ¿Será posible que se comprometa a combatir a la pobreza por la vía de la educación? ¿Que se juramente de que va a esforzarse para ser republicano y ceder la discrecionalidad en el uso de la billetera? ¿podremos tener su palabra de que se empeñará en archivar el clientelismo y ayudar, en cambio, a reconstruir el concepto de ciudadanía y la cultura del trabajo?
¿Podrá esbozar, siquiera, los trazos gruesos de un Plan de Desarrollo Estratégico o de cómo ve la política internacional argentina?
Lo que expreso del ex presidente ahora candidato legislativo abarca e incluye a los otros postulantes. Porque convengamos que acá no hay 'tuertos'. Todos parecen ser ciegos en orden a enarbolar ideas y levantar la mira.
La crisis de la representación produce la devastación del civismo. Con representantes vaciados de representación genuina, la consecuencia es la apatía cívica. Esta retroalimenta la crisis, profundizándola peligrosamente.
Ya vendrá la reforma política. Trataremos entre todos que sea cuanto antes y no demasiado tarde. Esa enmienda no podrá ser únicamente en la epidermis. Se necesita bastante cirugía, de la idónea. Así dispondremos de boleta única - antesala del voto electrónico -, elecciones internas simultáneas y obligatorias, partidos políticos robustos y ámbitos formativos del civismo y del liderazgo social. La lista sábana limitada por una seccionalización del territorio, de modo que en la provincia de Buenos Aires en vez de elegir 35 diputados la nómina se subdivida en ocho circunscripciones. Además, la reforma sepultará definitivamente las transgresiones como la que acaba de cometer el ex gobernador Felipe Solá: puso con el dedo como candidata en Bahía Blanca a su pareja de La Plata. ¿Qué representación puede existir si el mandatario vive a 600 km. de distancia de los mandantes?. Y mucho más, sobre todo en orden al control. Seremos cada día mejores sin volvemos a los valores y si estamos bien vigilados. Así es nuestra naturaleza humana.
No se trata de preguntar ¿adónde vas, debate?. El problema es mucho más gravoso para el sistema democrático: debate, ¿adónde te escondes?
*Presidente de UNIR
Unión para la Integración y el Resurgimiento
pncunir@yahoo.com.ar
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